19 de Mayo. 6:02 pm.
Me gusta caminar por el vecindario los sábados por la noche. Coffee me acompaña y juntos paseamos. El silencio de los árboles convive con la salsa y el merengue de la fiesta nocturna, no sé cuál es su origen, solo sé que está cerca.
Y es que en Lima vivimos unos pegados a los otros. Es una ciudad densa de población, y sin mucho espacio para respirar. El paseo son mis pulmones y mi gasolina.
Quería hablarte hace días de la atención. Paradójicamente, he estado distraída y no me he dado el momento de sentarme a escribir, ni si quiera cuando sentía el impulso de hacerlo. Ahora, son las 6 de la tarde, no salió el sol, y junto con el día gris llega mi melancolía. Dulce melancolía. Ella fue la primera que me enseñó a escribir.
Anochece y mantengo las luces apagadas. Oscurece y no veo un hermoso atardecer de naranjas, celestes, amarillos y morados. Anochece y el dimmer que maneja la luz mueve su perilla hacia la izquierda, indicando que el acto ha terminado y toca cerrar el telón. Solo así llegaremos a la siguiente escena. Se acaba el día y la luz descansa.
Perdón, me distraje. Te quería contar sobre la atención, cualidad que no he personificado estas últimas semanas. Ando creando y sintiendo. Ando observando y anotando en mi libreta. Ando escuchando y fotografiando. Esta semana, entre trabajos, estrategias y diseños, saqué del cajón un lente teleobjetivo (esos lentes largos y con mucho zoom) que creía malogrado. En mi defensa, la última vez que lo probé no enfocaba bien. Y ahora que de curiosa lo volví a usar, si bien enfoca, al agitarlo ligeramente se escucha una pieza suelta que danza con el movimiento. Algo no esta bien, pero funciona.
Lo desempolvé, limpié el lente con una gamuza, y lo volví a colocar en la cámara. Ando observando las aves que se posan frente a mi ventana. Me he vuelto observadora de aves. Viene siendo un pequeño hobbie que estoy integrando en mi rutina. Me da risa: antes mi hobbie era escribir y ahora que lo comparto, ya no es tanto un hobbie, asi que naturalmente, mi curiosidad tenía que desembocar en otro lado. No lo forcé, solo sigo mis curiosidades. Así, llegué a las aves.
Después de un par de años paseando por el vecindario con una mirada atenta, he podido notar que está lleno -repleto- de árboles, y parques. A solo unas 5 cuadras de acá, hay una pequeña loma, hogar de un pequeño -gran- ecosistema. ¿Lo que más abunda y a quienes menos prestamos atención? Las aves.
No recuerdo bien como llegué a observarlas, me hubiese gustado estar más atenta al momento exacto en el que empecé a percibirlas, así te lo podría describir con precisión. Solo recuerdo que lo primero que llamó mi atención, fue su canto. Ya antes había notado que habían una especie de cuervos: aves negras con un canto particular. Los llamaba así “una especie de cuervos”. Al lado de mi ventana hay un gran árbol, y muchos patios llenos de flores, así que frente a mi ventana suelen posarse algunos de estos animalitos.
La indagación empezó con la necesidad de llamarlos por su nombre. “Una especie de cuervos” no era nada exacto. Así que a Don Google le consulté: “Tordos” me dijo que se llamaban. Y buscando documentos de mi municipio, llegué a una guía con toda la fauna aviar que hay en Lima. Con todo: nombre común, científico y descripción. Y creo que así, empezó todo.
Ahora cada vez que un pajarito se posa en el alambrado frente a mi ventana, lo observo, saco la guía, e intento nombrar su especie: Tordos, Botones de Oro, Mieleros, Cucaracheros, Cuculíes, Palomas grises, Tortolitas, y un par más que no recuerdo. Justo ayer por la mañana vi un Gavilán, que si no fuera por la guía, pensaba que era un ave doméstica perdida. No es así, su hábitat es Lima.
Desde que hago este ejercicio, me he sorprendido con la cantidad de especies que se pueden observar. Antes pensaba que todo lo que volaba eran “palomas”. No le daba más vuelta. Ahora que les presto atención, veo que es todo un universo que siempre estuvo ahí, seres citadinos con los que convivimos.
La verdad que ando chocha observando a los pajaritos. Soy amante de la naturaleza, sueño con viajar a la selva, a las montañas o a la playa. Sorprenderme con cada vista, con cada nuevo paisaje, conocer nuevas culturas, y estar en constante estado de sorpresa. Ya van varios años en los que no he podido viajar. Ando construyendo. Pero observar pajaritos me lleva a ese mismo estado que tanto busco. La sorpresa, la curiosidad, el encontrar belleza en el presente de lo que se observa.
Tener ojos de turista, le dicen. Y desde que no viajo, es algo que practico en el vecindario en el que vivo hace más de 20 años. Solo hace 2 o 3 años, cuando dejé de moverme, es que he podido observarlo con detenimiento.
Las sorpresas, las aventuras, son realmente infinitas. Desde los más grandes paisajes, hasta los diminutos detalles. Escuchar el canto de los pájaros, el ruido de tu ambiente, observar el cielo y los seres que lo llaman hogar. Observar la tierra y encontrar pequeños ecosistemas. En un solo lugar puedes hacer tanto zoom-out, o tanto zoom-in como necesites, para generar inspiración, para tener una nueva perspectiva. Una que te emocione y te llene de curiosidad y asombro dentro de tu cotidiano.
Ya es de noche, el cielo, como buena capa blanca de nubes, refleja las luces ambarinas de la ciudad de Lima. Siendo las 6:30pm, mi vecino toca la batería, el cielo es naranja, y hay silencio en casa. Aproveché que me quedé sola un momento para escribirte. Como diríamos en internet: romantizando un domingo por la noche.
-poetaviajera
Bitácora de viaje
Les cuento que ando distraída porque ando accionando! Creando en la realidad. Cuando creo, coordino y produzco, me desconecto un poco de la escritura. Ando modo acción, no tanto contemplación. Extrañaba escribir. Amo escribir. Nadie me puede obligar a hacerlo porque siempre me quiero sentar a crear con las palabras. Leí que
escribía en su cabeza y siento que eso he estado haciendo estos días.Ando coordinando un taller de escritura creativa en la cafetería Coleccionista, en San Borja (Lima-PE). Será el día Sábado 15 de Junio a las 11am. Si eres de Lima, espero verte por ahí. Nos juntaremos entre amantes de la escritura a escribir desde disparadores creativos que les llevaré, inspirados en la naturaleza, en la estación que llega: el otoño/invierno. ¿Qué nos hace sentir? ¿Qué recuerdos nos genera el clima frío? ¿Qué sensaciones? ¿Que situaciones se asemejan a este frío? Escribiremos y compartiremos nuestros escritos entre seres sensibles, con cafecito y un snack que viene de regalo como parte del taller🤍
Pronto anunciaran la agenda cultural, y se abrirán las inscripciones asi que atentisss por Instagram!
Y a las lectoras de Substack de otros países, las invito a también reflexionar sobre cómo nos hace sentir el clima que llega en este cambio de estación. Qué les genera su entorno. Las leo🤍
Agradezco mucho tu post que se siente clarito y fantástico. Por mi casa también pasean muchos pajaritos, ahora tengo curiosidad de qué especies serán. Que el taller resulte maravilloso <3
Desde la atención, hasta los viajes, la fotografía, la naturaleza y escribir, este post me representa :)