Donde nacen las ideas
Arriba en la montaña, descubrí de dónde vienen los ríos y la potencia de nuestras ideas.
Nacen entre nubes, silencio y plantas silvestres.
Nacen cuando la nube suelta y descarga, y con eso, transforma el suelo que crece a partir de su interior. Nadie igual surge a partir de ella, a todas afecta diferente, vecinas cercanas, aparecen las zetas de una flor que conviven entre hongos y flores amarillas. Comunidad, diversidad, muerte y renacer, descargo y florecer. Ciclicidad, abundancia, vida. Eso es la montaña, los ríos y las ideas.
He estado pensando que no es coincidencia que las personas más creativas que conozco tienen la habilidad tanto de contemplar la naturaleza, como de escuchar y oír atentamente lo que ella tiene para decirles. Le llamamos inspiración o impulso; pero son las ideas en el aire, en el éter, que rondan tu cabeza, se posan en ti y logras canalizar.
Pensaba en esto mientras paseaba entre nubes y mesetas. Acampé por mi cumpleaños en Marcahuasi, una meseta a 4200 m.s.n.m, y que sin salir de Lima, me llevó a la Cordillera de los Andes. Con todo su misticismo, energía, conexión y paisajes naturales a los que pertenezco.
Llegamos por la tarde y solo necesité una noche para sentirme pequeña de nuevo, y a la vez, parte de la inmensidad. Pequeña frente a su fuerza, inmensa junto a su vida.
Aunque siento una profunda conexión con las montañas, en este viaje recordé que el respeto jamás debe salir de la ecuación. Llovió por 4 horas seguidas, y lo único que nos mantenía a salvo eran 2 capas de tela y 1 de plástico.
Al caer la noche, y después de hacerle un pago a la Tierra, la lluvia se detuvo, y el silencio llegó. Le mostramos que le agradecíamos por permitirnos habitarla por ese día, y Ella, como quien asiente la cabeza y calma su furia, nos mostró su lado más tranquilo y amable.
No puedo terminar de explicarles el sonido del silencio. No lograba cerrar los ojos intentando escucharlo, pues silencio total no era. Vientos lejanos que recorrían valles profundos y al viajar cantaban despacio, como susurrando, llenando el espacio entre lo último de la tierra y lo eterno del cielo.
Durmiendo boca arriba imaginaba lo que le seguía a mi presencia: Nada, y a la vez, Todo.
Éramos los únicos seres humanos en la meseta. Humanos, porque otros seres nos rodeaban. A eso de las 2 de la mañana, incluso, nos pasó a visitar un burrito, preguntándose quienes éramos y qué hacíamos en su jardín. Más allá de eso, silencio.
El sol calienta por la mañana y la noche es fría pero llena de vida; las estrellas te observan y sientes la compañía. Eres parte del todo y el todo es parte de ti. La vida, la creación, es tu naturaleza; y es en la naturaleza donde encuentras vida para crear.
El amanecer lo dicta el canto de los pájaros, o quizás al revés: los pájaros empiezan su coro cuando sienten que el sol está por llegar y volver a calentar. Después de esa noche helada, yo también bailé cuando el sol asomó entre las montañas a eso de las 5 y media de la mañana.
Del silencio de la noche y la orquesta de la lluvia, pasamos a la melodía de los riachuelos, y nos dimos cuenta que estábamos en el lugar donde nacen los ríos.
Nacen de cada gota que cae, cada lágrima, cada paso, cada idea; y se unen para juntas crear un riachuelo que canta porque al fin encontró el camino a recorrer: sin prisa, fluyendo y con la certeza que en el camino encontrará un poquito más de sí mismo.
Gota a gota, metro a metro, paso a paso, idea tras idea, un riachuelo crece y se vuelve cascada, que alegre y potente está lista para cambiar la pintura, la vista, el paisaje original.
Vimos dónde nacen los ríos, cómo atraviesan las montañas y forman valles y cañones.
Gota a gota. Paso a paso. Idea tras idea, podemos cambiar panoramas. Podemos cambiar vidas, y transformar la realidad. Como agua, que fluye, se deja ser, y siente a profundidad.
La montaña me mostró de dónde nacen las ideas, y como desde el sentir, las emociones, el agua, podemos transmutarnos y trasformar todo a nuestro paso.
Y así es como recibí mis 25 años: sabiéndome de puro sentir y parte del todo. Anhelando llegar, desde mi creatividad, al espacio en dónde nacen los ríos y las ideas: en lo natural, lo etéreo, el silencio y la sintonía.
Bitácora de Viaje
Ando recorriendo un proceso largo de transformación: hace un par de años era lluvia y hoy me siento río recorriendo valles y cañones, con fuerza y un cauce definido. Vivir desde la escritura me ha abierto puertas, caminos y experiencias que solo soñaba a lo lejos y hoy son una realidad actual y pasan a ser memorias para siempre, como lo ha sido este viaje.
Mi cumpleaños cayó este Lunes 25, y gracias al universo, con quienes deseaba ir eran o independientes o estaban de vacaciones. Fuimos a Marcahuasi de Domingo a Lunes, así que la meseta era toda nuestra. Al principio, y déjenme decirles que hasta que amaneció, fue bastante aterrador estar en soledad en tan alto, amplio e incierto espacio. Entre el temor y la aceptación de la incertidumbre, el silencio allá arriba era hermosamente ensordecedor. Espero se haya transmitido la experiencia en este texto.
Y cuando les digo que me siento cambiante es porque se vienen muchas primeras veces en este proyecto: está arribando el Primer Taller de la Poeta Viajera: “D(escribirnos) para descubrirnos” un taller dónde te enseñaré a vivir desde la escritura, hacerla parte de tu día a día, conectar con tu creatividad interior y así, dejar que ella te transforme al tú transformar a otros con tus escritos. Aún no tiene fecha, pero ya en estos días lo estaré anunciando. ¡Espero conocerlas! 🥰
La idea del taller, al igual que casi todas mis ideas, llegan como susurro: una noche, estaba por caer dormida, cuando la estructura apareció en mi cabeza. Corrí a agarrar la libreta y el lapicero que suelo dejar al lado de la cama para escribir la idea y no dejarla ir. Después de unos meses, al fin, toca puerto, y ya es una estructura clara, que espero las pueda ayudar a fluir con su escritura. Les mando un abrazo y como siempre, las leo; pero como nunca, hoy no les dejo preguntas, pues espero leer lo que sea que esta pieza despierte en ustedes. Un abrazo
Precioso escrito Gabriela! Y que este nuevo año sea muy feliz y lleno de naturaleza tan espectacular 🫶🏼