El grito del cuerpo
Conectar con las necesidades de tu cuerpo te lleva a nuevas formas de autoconocimiento.
La Bitácora de Viaje es un espacio donde hablamos de arte, creatividad y espiritualidad. Donde amamos caminar, y observarnos en el paisaje. Somos poetas viajeros, que reflexionan al andar por los senderos de la vida, del viaje de la montaña. Peregrinos en ruta. Observadores reflexivos innatos. Si eres parte de esta tribu, te invito a suscribirte.
10.12.24. 2:37pm
Con el estómago rugiendo, y las energías bajas, te empiezo a escribir esta carta. Es la hora del almuerzo pero hemos pedido delivery. Aún no llega y seguimos esperando. Aprovecho para escribirte un rato.
El domingo que pasó asistí al taller “Poesía Animal”, un taller de Poesía, Movimiento y Voz, dirigido por Jorge Black Tam en Xochi Kali. Jorge es artista multidisciplinario, y nos guió a través de distintas herramientas escénicas hacia la conexión con nuestra voz poética, ancestral, intuitiva y quizás, escondida. Corrimos, gritamos, insultamos, y lloramos, pero sobre todo, renacimos.
Al inicio de la actividad, con ayuda de nuestra imaginación, fuimos útero, naciendo del animal que quisieramos. Fui hija del árbol -no es animal pero ellos aparecieron en mi mente-. Fui raíz, y cuando aprendimos a caminar como humanos de nuevo, mi cuerpo empezó a brincar. Nos habían pedido utilizar el espacio libre como nos plazca. Y salté. Y corrí. Y sentí que quería volar.
No era la primera vez que mi cuerpo me contaba cosas de las que solo sospechaba. Pero era la primera vez que lo hacía con tanta claridad. Ya hace un tiempo que viene queriendo comunicarse: al inicio de la semana, entre trámites burocráticos y exámenes dentales, conocí a Cecilia, una mujer que cuando le dije que yo le hablaba al universo, me respondió que el la había enviado para darme un mensaje.
Cecilia había llegado al mismo consultorio dental en el que estaba esperando mi turno. Más adelante en nuestra conversación, me enteraría que llegó más temprano de lo debido (nada es coincidencia). Cuando entró por las puertas de vidrio, examinó la sala de espera y se sentó a mi lado. No pasaron más de 20 segundos y empezó nuestra conversación. “Tiene mucho que decir” pensé, así que decidí callar y escuchar.
La conversación pasó por temas como el existencialismo, la búsqueda del ser, la nutrición, la salud y terminamos hablando sobre la sabiduría del cuerpo. Cecilia me dijo que el cuerpo nos habla y debemos ser sensibles a sus pedidos. Que el nos dice donde duele, y que si no le hacemos caso, enfermamos. Recordé el dolor que tengo en el pulmón derecho. Punzadas que siento pero que dejo pasar sin darles demasiada importancia, pues el solo pensamiento de ir a hacerme chequeos médicos me abruma. Recuerdo también, las veces que mi cuerpo me ha pedido moverme más, y como por suerte, si le he hecho caso en esa petición. Recuerdo a mi estómago rugiendo y mi cabeza pesada, cada vez que no me alimento con comida natural y con los nutrientes que necesito. Esta semana he comprado frutas, porque Cecilia me dijo que el cuerpo necesita a la semana mínimo 3 frutas, máximo 5.
Mi cuerpo ya me ha ido pidiendo que lo cuide, y he dado pasos para hacerlo. Hoy escuchaba a Elizabeth Gilbert, y una vez más, el mensaje persiste: tu cuerpo es sagrado, es el único cuerpo que nos han dado para esta vida, y por eso debemos cuidarlo. Honrarlo. Ser conscientes de su divinidad y cuidarlo como un espacio sagrado.
En el taller de Poesía Animal, me di cuenta que no solo me habla sobre cambios físicos, sino que también ha guardado emociones ancestrales o del inicio de nuestra vida: al ser útero he querido llorar. Y he recordado a mi madre. Al empezar a caminar, me he dado cuenta de lo juguetona que puedo ser. El juego, la risa, surge natural. Y al permitirme gritar e insultar al aire, he sentido toda la furia que aún estaba guardada.
Escribía en la nueva bitácora que compre el día del taller; en su primera cara:
08.12.24 y el cielo despejó el día que renacimos fuimos útero fuimos feto fuimos humanos fuí raíz pájaro de raíces sueltas busca pastizal donde asentarse busca hogar en los aires busca hogar en los suelos busca
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Y así, toda esta última semana, he reconectado con el cuerpo, con sus necesidades y su expresividad. El sabe igual que la mente, igual que el subconsciente. Y nos habla y nos pide. Y como dijeron Cecilia y Jorge, hay que escucharlo.
Te escribo para invitarte a reflexionar sobre tu cuerpo, y quizás, empezar a escucharlo, observarlo. ¿Hacía donde va cuando es libre de moverse? ¿Cuánto necesita gritar cuando se lo permites? ¿Hay algún dolor físico que sientes pero ignoras? ¿Hay algún deseo de movimiento que aún no te permites cumplir? Escuchemos la sabiduría del cuerpo que habitamos.
Te abraza fuerte,
poetaviajera
Bitácora de Viaje
Diciembre es un mes hermoso, vamos cerrando el año vivido y preparándonos para el siguiente que viene. Desde diciembre empiezo a cuestionarme cuáles serán las metas que me propondré, y le hago el pedido al universo: muéstrame. Así, con cada paso que damos en diciembre, el universo nos envía señales, sincronicidades, mensajes, para que sepamos conectar con lo que nuestro yo superior nos anda susurrando. Escuchemos!