Pensé en iniciar esta entrada contando cómo logré hacer realidad mis ideas: pero no puedo tomar el crédito, pues en definitiva, no ha sido obra mía.
Mientras buscaba evidencia sobre mi proceso creativo, encontré una anotación en mi diario: le pedí al universo que me ayude. Un mes después, estoy publicando sin cesar, escritos que antes me costaba mucho compartir.
Elizabeth Gilbert, autora de Big Magic, hablaba de esta magia: nuestros ancestros se contaban historias frente a la fogata, y cuando llegaba la inspiración, nadie sabia de dónde venía, pero todos coincidían que provenía de dios. Los romanos hablaban de un genio, esa voz que llega de lejos y te inspira a crear.
A ese dios le podemos hablar. Julia Cameron, en El Camino del Artista, nos habla de que muchos le tememos a esta divinidad y a la posibilidad de un universo consciente, que escucha y que responde. Pero mientras escribía esta carta, una señora se me ha acercado y me dió una tarjeta con un mensaje:
“1 Juan 5:14. Y esta es la confianza que tenemos delante de el, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, el nos oye”
As crazy as it sounds, cada día tengo más evidencia que la inspiración viene del universo, o de el dios en el que creas, y que somos meros canales para comunicarla y traerla a la realidad. Es la voz de la intuición y la voz de tus sueños, es las ganas que tienes de hacer un proyecto realidad. Es la idea que no te abandona, es el bichito que no te puedes sacar de encima.
Elizabeth también fue la primera en teorizar sobre una idea que me ha hecho total sentido y que desde que la asimilé y puse en práctica, me ayudó a hacer realidad mis ideas. Ella plantea la existencia de dos mundos: el mundo de las ideas, y el mundo real. Plantea que las ideas tienen alma propia y viven flotando sobre nosotros, siendo ellas quienes eligen a sus artesanos: se posan en aquellos que tienen la capacidad de hacerlas realidad. Si no las realizamos, se irán con otro artista; porque las ideas buscan nacer, no importa mucho el cómo.
Considero que puedes actuar en la idea desde el espacio privado de la soledad: explorarla, escribirla, aclararla, desarrollarla. Que tu práctica no sea pública, no quiere decir no esté sucediendo. Que no lo estés publicando en redes sociales, no quiere decir que no estás honrando la idea que ha llegado a ti. Que aún no sea la obra final no quiere decir que no vaya a existir. Pero tienes que presentarte, y escuchar a la voz de la inspiración.
Ya decía Alfonso Ruiz Soto, y su teoría de Semiología de la Vida Cotidiana:
“Lo que conmueve, inspira, y lo que inspira, te acerca a dios”
Conectarte con la divinidad no -necesariamente- debe ser compartido. Le irás dando forma a la idea, y esta irá madurando, paso a paso, en la seguridad y privacidad de tu espacio.
Además, el desarrollo creativo de una idea toma tiempo, y es por eso que creo que hay que tener mucha paciencia y compasión con nosotros durante este proceso. No presionarnos demasiado, ni juzgarnos si un día no creamos. Juzgarnos solo nos va a dejar un paso más cerca al espiral interminable del bloqueo creativo.
Cuando el momento llegué, lo sabrás. Porque el compartir te nacerá y fluirá sin resistencia alguna. Otra cosa que me ayudó a calmar la ansiedad de no estar compartiendo, es repetirme que todo nace cuando tiene que nacer, ni antes ni después (divine timing, le dicen).
Y finalmente, algo que he aprendido, es que en el momento que honras una idea, no solo le estarás dando forma, sino que ella te estará transformando y que para compartir (en constancia y de manera sostenible y auténtica), primero hay que mirarse al espejo. Lo hermoso de crear es ver qué persona saldrá después de terminar un proyecto.
Confía y cree. La magia solo existe para aquellos que están dispuestos a verla.
Espero que estas palabras te inspiren, así como esos autores me inspiraron a mí. Ando navegando estas cartas, a ver a qué evolucionan. Un abrazo 🤍 - Gaby
Vaya que me has inspirado. Elizabeth y Julia han sido también las que han guiado mi proceso creativo con sus libros y recursos. La manera en la que tu lo escribes en esta carta haciendolo tuyo, es un regalo. Saludos
ossssssss