16 de octubre del 2023:
solo sé que el sendero está escondido tras mil nubes de neblina.
pero no verlo, no lo desaparece.
está ahí, aunque tú no lo veas,
y sabes que paso a paso,
solo andando
sabrás a dónde te lleva
He tenido que desmantelar cada miedo que tenía, antes de poder crear con facilidad. Mirar cada bloqueo a los ojos y preguntarle ¿qué necesitas? ¿cómo puedo ayudarte?
No estoy 100% segura de cómo he llegado al punto de compartir y terminar lo que empiezo. Ha sido un proceso largo, de escribir y crear todos los días, pero solamente para mi. De querer dar el paso de compartir, y no hacerlo. De dar el paso y no continuarlo. He tenido cuentas de Instagram creadas y vacías. He tenido cuentas creadas, con un spam de 10 fotografías, y que ahora están en el abandono, o fueron reemplazadas por otros proyectos.
Cada intento que tuve, me he autosaboteado: en el 2022, cuando compartí mi primer fanzine, al terminar la campaña, empecé a buscar trabajo. Y lo conseguí. Y me ocupé tanto que no tuve más tiempo de crear.
En el 2021, empecé a subir lo que escribía y mis fotografías a mi cuenta personal: lo dejé de hacer porque me daba vergüenza que el chico que conocí en una fiesta me conozca tan de cerca.
En el 2019, me cree la cuenta brujuladeluz en Instagram, donde iba a subir mis fotografías favoritas: lo dejé y se terminó convirtiendo en mi cuenta de proyectos freelance.
En el 2016, me compré un cuaderno dedicado a mi escritura: usé las primeras 20 paginas y luego quedó en el olvido, justo a la mitad de un cuento.
Y seguro que si sigo buscando, encontraré aún más evidencia.
En todo este tiempo, no he dejado de crear, pero tampoco lo he terminado de hacer.
Este año, me cuestioné mucho sobre mi inacción. “¿Por qué no me cumplo? ¿Por qué cuando otros me piden algo, lo hago, y me esfuerzo y doy más de lo que me piden, pero cuando tengo una idea, ni si quiera le doy tiempo?”
Darme cuenta de la montaña de miedos y creencias que habitaban en mi interior y me impedían crear fue, y sigue siendo, parte esencial de mi proceso creativo, de mi camino, del viaje por los senderos de una vida auténtica.
Gracias a un altercado muy fuerte que tuve, me di cuenta del origen de muchas de mis actitudes y de las faltas de respeto hacia mis ideas: la inseguridad.
La inseguridad, al menos en mi caso, se oculta dentro de excusas totalmente lógicas sobre porqué no tengo tiempo, o por qué nadie entenderá lo que escribo. Se escondía también, en la procrastinación y en la falta de constancia. Incluso la he llegado a encontrar debajo de los muebles de la timidez.
Mientras más consciente soy de aquello a lo que le temo, más fuerte me vuelvo para enfrentarlo.
Una vez más, nuestros proyectos nos mueven, y hace un par de semanas, pensé que, como escritora, al menos debían conocer mi rostro. Así que le pregunté a una amiga si me podía ayudar y hacerme unos retratos -mis primeros retratos-, a lo que me dijo que sí. Quedamos en que haríamos las fotos el domingo.
Cuando llegó el día y la hora, todo mi ser gritaba que lo postergue. Que mueva la fecha, porque: mi pelo no estaba como quería, tenía una alergia en el ojo, no tenía la ropa que quería, no me había maquillado y mucho menos tenía las energías para hacerlo. Mi mente creó una lista de razones (100% reales) por las cuales no debía hacer la sesión. Incluso llegué a proponer que movamos la sesión para el lunes.
Cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo, me llegó un mensaje de mi amiga, diciendo que aún estaba libre esa tarde. Así que, contra todo pronóstico y aunque le tengo terror a la cámara, le dije para vernos en ese mismo momento.
Hoy, mis ganas de cumplir con mis propias promesas son más fuertes que mis miedos. Y empiezo a sospechar que ese es el antídoto para enfrentarlos.
Los miedos jamás se terminan, y cuando vences a uno, detrás llegan unos 20 más. Pero en definitiva Kelly Clarkson tenía razón al decir que te vuelves más fuerte.
Hoy ando en la encrucijada de volver a hacer un pivot en mi carrera profesional. Abrirme a la escritura y aceptarme desde esta arista, ha abierto un vórtex del cual se me hace imposible escapar. Es el camino de la autenticidad, de ser fiel a lo que tu corazón exige. Y como ya no lo silencio más, su llamado me ensordece y me ciega los ojos de la razón, solo para guiarme por el sendero del corazón.
Sé lo que debo hacer, y me aterra dar los siguientes pasos. Como ola de 3 metros que viene directo hacia mi tabla, sé que me va a voltear, pero también sé, que solo queda nadar y volver a intentarlo. Y quién sabe, quizá, me toque surfear algunas olas.
Cuando tengo miedo, me gusta replantearme todas esas preguntas catastróficas que encuentran asilo temporal en mi cerebro, y me empiezo a preguntar: ¿qué es lo mejor que puede pasar? ¿qué pasa si todo sale excelente? ¿si todo funciona a mi favor? ¿qué sucedería si me permito cumplir mis deseos?
Quizá deba rendirme, y dejar de intentar prepararme para todo. Lanzarme del acantilado de mis sueños y aprender en el camino, amistarme con la brisa y confiar en la metamorfosis del ser; me saldrán alas y aprenderé a volar, me convertiré en otra criatura, nueva y desconocida, hermosa, libre y auténtica.
Es este el viaje que seguir tu intuición inicia. Y de eso hablaremos la siguiente semana.
Una vez más, gracias por leerme. Me emociona ver como el proyecto va creciendo, pasito a paso, poquito a poco. Ando un poco en mi cabeza, asi que decidí que esta carta que ya tenía escrita salga primero. Es un placer -como siempre- leerlas, leer sus experiencias y si tienen algun consejo de conejo lo abrazo y aprecio. Las quiero mucho lectoras y escritoras, compañeras y amigas! 🤍
Mark Manson escribe que: "El miedo nos controla convenciéndonos silenciosamente de que nuestra comodidad es más importante que la felicidad. El único riesgo real es no correr riesgos. El único fracaso real es no tener fracasos. El único dolor real es evitar los dolores."
Ame! Y como me identifico tanto de antes haberme auto-saboteado tantas veces con la escritura por una razon o otra. Es tan sanador de saber que muchos de nosotros pasamos por los mismos retos con una vida creativa!