La Bitácora de Viaje es un espacio donde hablamos de arte, creatividad y espiritualidad. Donde amamos caminar, y observarnos en el paisaje. Somos poetas viajeros, que reflexionan al andar por los senderos de la vida, del viaje de la montaña. Peregrinos en ruta. Observadores reflexivos innatos. Si eres parte de esta tribu, te invito a suscribirte.
14.12.24. Sábado 10:55pm
Las temáticas de estas cartas suelen nacer de señales contínuas que el universo envía para ser escuchadas. La relación amor-odio que tengo con Tiktok, tiene su lado bueno, y es que me abre la mente a nuevas perspectivas, o trenes de pensamientos antes no contemplados.
Una chica se cuestionaba el porqué jamás estamos satisfechos con nuestra vida. “¿Por qué siempre tengo que estar buscando algo? ¿Buscando qué? ¿Es acaso la vida una búsqueda infinita? ¿Podemos estar felices con lo que tenemos?”
Echada en mi cama, y sin que la dueña del video pueda escuchar mis palabras, le respondí en voz alta: “Pero si eso es la vida: una búsqueda eterna.”
Llegué a esta respuesta cuando leía el prólogo del libro Poéticas Visuales de Gustavo Vega, artista español que centraba las temáticas de sus obras justamente en acercarse a la respuesta de las preguntas existenciales que solemos hacernos. Para Gustavo, filósofo, literato y artista, cuestionarnos quiénes somos y qué es lo que nos rodea es una experiencia innata y natural del ser humano que data desde los inicios del ser humano pensante en la Tierra. Es decir: es totalmente natural buscarle un sentido, un propósito, a nuestro existir.
Pero la frase del prólogo que cambió algo en mi cerebro fue la siguiente:
“El deseo de ver, ver más y mejor, de conocer… puede entenderse como una actitud, una búsqueda, que da sentido a toda una vida”
Algo hizo click en mi cabeza la primera vez que me topé con sus palabras. Y es que en esos momentos también me cuestionaba -paradójicamente- la necesidad de cuestionarme las cosas todo el tiempo. “¿No puedo estar tranquila con lo que tengo y ya? ¿Aceptar mi realidad y no buscarle el sentido profundo a todo lo que soy y todo lo que hago?” Y una vez más, el universo envió su respuesta: es natural, amor.
Es la búsqueda constante de sentido lo que mueve la rueda de nuestras vidas. Es esa búsqueda, ese constante cuestionar, lo que nos hace movernos. Lo que inicia la travesía. Es esa curiosidad innata y eterna, la que nos lleva de un lugar a otro. De una realidad a la siguiente.
Entender la vida como una búsqueda constante me dio paz en el proceso. Porque ya no vez el buscar como un pesar, como un inconformismo irracional, sino que sabes que es la brújula de tus decisiones del presente, del hoy.
Te aleja de la búsqueda de propósito como algo lejano, de futuro, de metas y objetivos que aún no habitas, y te acerca a la búsqueda como un rompecabezas que cada día va cobrando sentido. Cada pieza, cada acción, cada decisión, se vuelve una aventura. La búsqueda activa, se vuelve un misterio que ansías resolver y experimentar. Empezamos a estar en paz con el proceso, con el durante, con el hacer y el buscar, escarbar, el preguntar; más que con el “futuro deseado”.
Volver al presente es esencial para recuperar la paz y el bienestar en nuestro día a día, y saber que el proceso de buscar respuestas es una constante nos lleva a vivir este proceso con tranquilidad. Al menos eso me pasó a mi: dejé de martirizarme por no aceptar mi realidad, y acepté que seré una eterna aprendiz.
Te escribo para invitarte a que te sigas cuestionando, no te detengas. Pues son las preguntas que buscan ser respondidas las que darán sentido a nuestra vida. No tanto la respuesta en sí misma. Porque spoiler: cuando respondes la pregunta surgen nuevas cuestiones.
Estos días he estado preguntándome que deseo lograr el 2025, reflexionando y dándome espacios de quietud e introspección. Cavando profundo para tener más claridad sobre la realidad que quiero crear para mi esta nueva vuelta al sol. Te invito a hacer lo mismo. ¿Qué te gustaría lograr? El objetivo nos da dirección, pero es el camino donde está la diversión.
Te quiere instrospectiva,
poetaviajera
Bitácora de Viaje
Se va terminando el año, y diciembre es para reflexionar. Te invito a darte tiempo para ti, en medio de todo el caos de las fechas. Termino esta carta un domingo por la mañana, mientras desayuno mi yogurt griego con fresas, el cielo busca despejar, y el verano ya se siente de nuevo por aquí en el hemisferio sur. Mi época favorita, revivo, como buena Aries que ama a su Sol.