SF. En algún momento de Diciembre del 2024.
Estoy tan en contra de ese enunciado. “Lo estás sobrepensando”. Creo que ignora fuertemente y va en contra de mi más fiel creencia: confía en tu intuición. ¿Cómo las diferenciamos?
Leía “La psicología del dinero” y me topé con la historia de Rockefeller como un pensador innato, una persona que en su vida diaria pasaba largas horas reflexionando sobre su empresa, los problemas y cómo resolverlos. Utilizando la mente. Pensando. Y sobrepensando.
Me gusta que el autor dice algo como: “Pensaba a profundidad y con detenimiento” en lugar de decir sobrepensaba las cosas hasta tomar una decisión.
Y siento que a veces, si no dejamos de reflexionar sobre una temática, es porque nos causa intriga, y porque tiene muchos misterios que resolver y entregar. Hace tiempo que no me digo a mi misma que estoy sobrepensando las cosas. Me gusta verme como una persona reflexiva, que busca profundidad, esclarecer misterios, resolver incógnitas y descubrir mis propias verdades.
Hay temáticas en las que me engancho, y les doy vueltas, y cada vez, descubro nuevos paisajes. Siento que si no pensara tanto, no tendría la necesidad de escribir estas cartas. Si no pensara tanto, no se me saldrían las palabras de entre los dedos, salpicando en el teclado y terminando en tu pantalla. O en mis bitácoras.
25 bitácoras llenas. Y el domingo me compré la Nro 26. Y es un colibrí hermoso, y ya voy escribiendo en ella 4 hojas.
Vomito palabras de los dedos aunque no quiera. A veces pienso que estoy desquiciada, pero otras veces me amo y empiezo a crear. Como ahora, que tengo dónde canalizar todas estas ideas. Siento que el Taller de Poesía Animal -taller donde aprendimos técnicas de actuación, voz y las combinamos con la poesía- ha desbloqueado mi garganta, mi expresividad, y como le pasó a Tábata, una compañera que realizaba el taller por tercera vez, no he podido dejar de escribir desde que volví.
Realmente fue una experiencia transformadora.
Anyway, en lugar de que estas ideas habiten el etéreo espacio flotante de la materia gris cerebral; prefiero reflexionar sobre el papel, o sobre el teclado. Y dejar que mi “sobrepensar” me guíe, en su danza de palabras, párrafos y tren de ideas.
Cuando confías en la idea que desarrollas, empiezas a escribir. Y la escritura se dará sola, y tomará su propio rumbo, y responderá sus propias preguntas. Y se crearán o vómitos emocionales hermosos, o ensayos profundamente reflexivos. Tú eliges: marearte con tu propia mente, o empezar a crear desde tus pensamientos, desde tus sentires, desde tus posturas.
Cuando “sobrepienses”: escribe. Y mira como te vuelves pluma, ligera, y tu sentir cobra sentido, y hasta contiene belleza. Quizás el meollo no es más que una idea que desea ser expresada, palabras que desean ser gritadas o cantadas, pintadas o bailadas.
El acto de crear transmuta como el fuego de la hoguera en medio del campamento. Conectamos con nuestra sabiduría interior al observarnos y permitirnos reflexionar sobre las cuestiones que nos atormentan.
Sin crear desde nuestras ideas, la marea mental, marea. Así que crea. No lo dejes en tu mente, y no dejes que el fuego de adentro se descontrole y no se encauce.
Te quiere escribiendo todas tus ideas en papel,
-poetaviajera
Bitácora de Viaje
Ésta carta la he encontrado en mis borradores. Creía que no era lo suficientemente buena como para compartirla, porque seguro que desde la psicología sí existe la idea de sobrepensar. Pero aquí no soy psicóloga, así que te hablo desde la creatividad. Y la creatividad me ha ayudado mucho en mi salud mental, se retroalimentan constantemente, sin crear me ahogo y creando respiro. Así que parte de mis rutinas de auto-cuidado, es no dejar de crear. Y así, dejo de sobrepensar. Pero quiero saber que opinan! Puedo estar totalmente equivocada.
Les leo!
Hoy en medio del mareo mental, tu carta llega, como siempre, a ser brújula en mitad del viaje. Yo también nos quiero escribiendo ❤️
Estoy súuuuper de acuerdo contigo. Mi chico continuamente me dice que pienso demasiado, que todo lo analizo y que no le encuentra el sentido. Yo le explico que mis conclusiones me suelen ayudar a hacer cosas que me favorezcan en lugar de seguir cometiendo los mismos errores. Que no me molesta nada darle mil vueltas a las cosas con esa finalidad, que otra cosa es rumiar miedos, preocupaciones o pensamientos negativos.
He retomado la escritura hace poco y es como si hubiesen abierto un grifo del que sale agua sin parar y de momento me hace sentir contenta.
Un saludo!