Era la primera vez que observaba un paisaje desde la cima de una montaña. No digo escalé porque no escalé, caminé hasta la cima. Y en realidad, la subí y bajé 2 veces: una de ida y otra de vuelta. El destino final era la ciudadela de Choquequirao, unas ruinas Incas que se sospecha iban a ser la siguiente ciudadela construida después de Machu Picchu. Las ruinas, al igual que su hermana -la Maravilla del Mundo-, se encontraban en la cima de una montaña a la que solo se accede caminando, atravesando el corazón de la ceja de selva peruana. Fueron 4 días de caminata, uno de ida, uno para conocer las ruinas, y dos de vuelta. Es el tiempo que te toma atravesar el valle, cruzar el río, subir la montaña y hacerlo todo de nuevo para volver.
Eramos 2 parejas haciendo el recorrido y recuerdo envidiar la facilidad con la que la pareja de españoles avanzaba y cubría distancias.
A. tenía físico, pero yo no. Él me esperaba mientras yo sufría a cada paso, pues el camino estaba lleno de piedras, era cuesta arriba y yo era una diseñadora gráfica con sedentarismo crónico. El suelo se transformada a cada paso. Y por suerte, las vistas también.
Fueron 4 días eternos. Jamás en mi vida, había hecho un esfuerzo físico parecido, y mucho menos con tan poca preparación. Pero si les escribo esto en tiempo pasado, es porque volví con vida y, llena de vida. Escribir y que alguien lea del otro lado, es de por sí, prueba de esta transformación.
Este cambio nace de una verdad que aprendí en este viaje, y a diario me repito:
Las montañas se conquistan
paso a paso,
descansando
y a tu propio ritmo.
Como si la lección aprendida fuese proporcional al tamaño de la montaña escalada, la lección se extrapola a cada rincón de mi existir.

Paso a paso. Recuerdo esta anécdota porque estoy leyendo a Julia Cameron en “El Camino de la Escritura” y entre sus transformadores consejos, nos revela que para escribir un libro o un guión, solo necesitamos hacerlo página por página. Día tras día. Paso a Paso.
Nos enseña la técnica de la cuota diaria. Se trata de cumplir con una pequeña cuota diaria de escritura para terminar el proyecto que estes escribiendo. La cuota es tan pequeña, que termina siendo una meta totalmente alcanzable. 2 páginas para novelas y 3 para guiones. Al cumplir con nuestras metas todos los días, generamos momentum y motivación para presentarnos día tras día. Y así, en 3 meses, puedes tener una novela, o como en mi caso, en 1 semana, haber escrito el primer borrador de tu -pequeño- primer libro.
El viaje que es perseguir tus sueños, me devuelve a la montaña. No es fácil, por más que suene romántico. Como llegar a la cima, no es fácil, por más que tienes la certeza de la belleza que encontrarás al llegar.
Cuando volví del viaje, sin dinero pero renovada, sentí que nada podía interponerse entre mis metas y yo; pues ya tenía la fórmula que me llevaría a la cima: paso a paso, descansando y a mi ritmo.
Tenía que tatuarme la montaña. Así jamás olvidaría la lección que me dejo. Little did I know que los tatuajes en el corazón son aprueba de tiempo. No se te olvidan. De todas formas, el Universo me obsequió la oportunidad: tras jamás ganar concurso alguno de los que abundan en Instagram, por primera vez, gané uno. Se sorteaba un tatuaje gratis, y la tatuadora con la que lo gané ya había realizado trabajos con paisajes. Sincronías de la vida.
Nuestros sueños, metas, objetivos y proyectos, están en la cima de la montaña. Lejanos en apariencia e imposibles de alcanzar. Pero te prometo que puedes llegar. Paso a paso, descansando y a tu propio ritmo.
Hoy, con muchos sueños a la vuelta de la esquina, siento que nada ha sido coincidencia y todo fue parte del camino que me tocó recorrer:
Ni aquel primer viaje donde conocí a A. Ni aquel noviazgo que me llevó a la montaña, para meses después terminar la relación. Ni la lección que ese viaje me regaló. Ni la distancia que ahora nos permite crecer. Ni la soltería que me llevó a verme al espejo. Ni la lectura que nació de un curso de escritura en pleno confinamiento. Ni el duelo por un divorcio y una mudanza que me llevó a preguntarme una vez más ¿qué le da sentido a mi existir?
Nada es coincidencia y todo cobró sentido.
Ando contenta.
Bitácora de Viaje
La satisfacción se encuentra cruzando el esfuerzo de movernos. Los miedos se disipan una vez que los habitamos por suficiente tiempo. Hoy en el gimnasio, probé una nueva maquina. Es esa de las escaleras automáticas. Nunca la había probado, y al inicio me daba miedo no saber manejarla. Empecé, y al minuto, ya me había acostumbrado a la dinámica. Volví a sentir la sensación que he estado incorporando últimamente: la de enfrentar un miedo por el tiempo suficiente que se vuelve conocido, y por ende, deja de dar miedo.
Hoy pensaba justo en eso: El crecimiento que llega a partir de perseguir un objetivo que vale la pena para ti. Hace tiempo no sentía que estaba creciendo. Cada meta desbloqueada, cada misterio resuelto, cada paso que damos, nos fortalece. Y la única motivación que he encontrado para atravesar todo camino rocoso y desgarrador, para levantarme tras las caídas y seguir intentando, es el amor por mi proyecto.
Nuevamente, en ningún momento hablo de que será facil. Al contrario, es sumamente retador y gratificante a la vez. La satisfacción se encuentra tras el esfuerzo. Recuérdalo cuando tu mente desee dopamina y placer barato: en pantallas, relaciones o rutinas. No hay peor droga que el placer de fácil acceso. Debilita tu fuerza de voluntad y tu capacidad de esforzarte. Debilita aquello que te permite atravesar lo incómodo que es accionar, para llegar a lo que realmente te importa. Las leo y las quiero.
¿Ustedes como están?
Gaby
Spoiler: cuando alcanzas una cima, esta se esfuma o se transforma, dándote la bienvenida a la siguiente montaña por recorrer.
Una vez hice un recorrido, bastante más pequeño, pero que me significó un gran esfuerzo. Me tuve que detener porque estaba siguiendo el ritmo de otros, a punto de desmayarme. Al detenerme todos aquellos que tenían vergüenza también de descansar, lo hicieron conmigo. A veces no nos damos cuenta que estamos siguiendo ritmos ajenos y el daño que nos hace. Lo importante es escucharse a sí mismo.
Despertar y leer el nuevo mantra de vida: paso a paso, descansando y a mi ritmo 💌✨