Si la atención nos lleva a la conexión con nuestra creatividad, ¿qué nos desconecta de ella?
Estas semanas he estado bastante distraída: entre proyectos fotográficos, salidas con familia y amigos, y el ya conocido doom scrolling en redes; no he sentido la usual conexión con mis ideas y paralelamente, con el presente, que había estado habitando al inicio del año.
Escribía en mi journal el 09 de Marzo:
Pienso en las distracciones y la atención necesaria para conectar con la energía creativa. Por eso mismo las redes sociales son peligrosas: te roban la atención y llenan nuestra cabeza de ideas que no necesitamos (necesariamente). Sería bueno ponerme hora, un horario, tanto de creación como de inspiración. El proceso es un camino errático. 2 pasos adelante, uno hacia atrás. El retroceso puede verse distinto para cada uno: exceso de distracción, exceso de estímulos, salidas y molestias.
O simplemente, no sentarse a escribir.
Me pasa mucho que las redes sociales me anestesian a lo que implica sentarse a trabajar. Tanto placer inmediato, hace que mi fuerza de voluntad tiemble. No culpo, me responsabilizo. Ando intentando balancear mi consumo, pero realmente se vuelve una distracción demasiado inmediata, demasiado sencilla, en la cual caer.
Personalmente, tengo una teoría:
Si la atención y el sentarse a hacer el trabajo son clave para la creación, y no generan más que un puente con lo divino que es el arte; ¿qué son las distracciones?
Es proporcional el nivel de distracción al tamaño del trabajo que estoy por realizar. Mientras más importante y significativa es una pieza, un libro, o un proyecto, más distracciones encuentro en el camino. Y a mi mente solo viene la palabra “tentación”.
Quizás es un miedo subconsciente, que intenta evitar la creación y la vulnerabilidad. Quizás. Pero siento que si dios está en la creatividad, si las ideas son divinas y su realización no hace más que expandir al colectivo; ¿qué es lo opuesto? ¿a quién le conviene que nos mantengamos bloqueados?
Si la atención nos conecta, la distracción es lo que nos desconecta.
Una cosa es dejar marinas las ideas y pensar en otras cosas: irnos a pasear, visitar a la familia o trabajar en otros proyectos. Incluso sin crear, cuando vivimos con la intención de despejarnos, seguimos alimentando nuestra creatividad.
Pero durante el proceso de crear, de expandirnos como creativos, las distracciones llegan a sentirse como pruebas. “¿Qué tanto lo quieres?” pregunta el universo. Reafirmarnos en nuestro tiempo, nuestra disponibilidad y nuestro trabajo, es nuestra tarea.
De lo contrario, el costo de no crear, es demasiado alto.
09 de Marzo
Cuando no escribo, me pongo de mal humor. Cuando no creo, tanto yo como quienes me rodean sufrimos.
Pienso que debo dejar de crearme monstruos en la cabeza. Es impresionante como culpo incluso a las distracciones de mi incapacidad de sentarme a trabajar y concentrarme. Seguir luchando. Toca seguir luchando contra lo fácil: el celular, las excusas y las distracciones. Y simplemente sentarme a trabajar.
Nadie espantará a los mosquitos por mi, y quizás sea hora de amistarme con ellos y crear a pesar de. A pesar del ruido, a pesar de las personas que lleguen o se vayan. Incluso, no “a pesar”. Junto con. Crear junto con el ruido, las distracciones, el movimiento, y los cambios de planes.
Agudizar la memoria, agudizar la atención; porque distracciones siempre existirán, pero lo que se fortalece es el enfoque. Que una idea llegue, y junto con los ruidos y el ajetreo, mantenerla cerca, anotarla.
Que mi mundo pare mientras escribo, que el mundo siga mientras escribo. Ser protectora de mi creatividad.
Si la atención nos conecta, y la distracción nos desconecta, practiquemos el enfoque. Especialmente si otros seres creativos desean nuestra atención en otros lugares, en otras creaciones; para eso habrá tiempo después de trabajar en nuestro propio arte.
Bitácora de Viaje
De todas maneras, en el proceso creativo hay etapas; pero de eso les escribo la siguiente semana. Hay momento para todo y todo tiempo es perfecto, asi que aunque existan distracciones, y aún el enfoque no sea mi fuerte, con compasión nos damos de la mano y volvemos a intentar mañana. Y una frase vuelve a mi mente: el éxito es de quien se atreve, no necesariamente del más talentoso. Así que solo tenemos que presentarnos.
El tema de las redes sociales me parece interesante para navegar, especialmente como artistas, muchos tenemos relaciones complicadas con este medio; por mi lado, deseo pronto alejarme de ellas, y solo ser creadora, más no tanto consumidora. Son hermosas para encontrar artistas y conectar personas, pero siento que ya es un exceso de estímulos que me marea y no está siendo beneficioso. Además, existen otras plataformas - como substack 🤍 o los podcast - donde podemos encontrar comunidad, conexión e inspiración.
¿Ustedes como se relacionan con las redes? ¿suelen distraerlas o han encontrado algún balance? Amaría leerlas y saber sus estrategias y perspectivas. 🤍
Como siempre, es un placeeer enorme estar un día más en su bandeja, y espero pronto seguir compartiendoles lo que aprendo en este camino de escritora y artista; esta vez: más allá de las redes y en un nuevo formato (el real se vienen cositas) . Un beeeeeso!
Me identifico con estas líneas, estoy tratando dé mí procrastinar y mantener creativa, pero si es verdad que las redes son un escape fácil…
Te acabo de encontrar por aquí, pidiéndole al universo ganas para crear y este escrito me pareció que acomodo todo lo que ya sabía pero necesitaba que me recordaran. Gracias por crear, nunca sabes a quien le puedes revolucionar :)