La bitácora de hoy no es más que una lágrima
que cae sin desearla y con mucho sentir,
y quizás, con una pizca de pesar,
pues crear no es sencillo.
Ha sido fácil decidir que voy a vivir de mi creatividad, pero lo difícil es hacerlo.
El domingo pasado, volví a subir una montaña, solo que más pequeña y se llama cerro. Aunque lo pequeño no le quitó lo retador. Vuelvo a recordar lo poco que ejercito, que aunque camino, necesito hacer ejercicio de fuerza; ejercicios que reten a mi cuerpo. Pues caminar es mover el cuerpo, pero es un ejercicio cómodo y que ya he dominado.
Internamente, también, he estado transitando territorios de aparente familiaridad, parecidos a aquellos que ya he recorrido, para los que ando fuera de forma, pues están siendo retadores y me dejan sin respiro.
Mientras me aventuro en el camino del artista, el de aceptarme escritora y fotógrafa, veo que lo que me costó tanto tiempo aceptar, no ha sido más que el primer paso, la primera semilla, el día cero (ni siquiera el día 1, el 0).
Me presiono y me pregunto: “¿por qué no empecé antes? ¿por qué me demore tanto en aceptarme creativa?” Creyendo que si lo hacía antes, el proceso sería diferente.
Como si empezar antes lo hiciera todo más sencillo, como si este cuerpo no tuviese que atravesar el mismo cerro, sean las 7 de la mañana o a las 5.
¿Por qué entonces me coloco estas expectativas? La expectativa de haber “hecho las cosas bien” en “el tiempo correcto”, como si eso hiciera alguna diferencia. ¿Por qué ando recogiendo piedras en el camino?
Ahora, antes o mañana, hay que atravesar el valle, hay que subir la montaña; seguir creando, aunque no sepa bien qué les quiero contar más allá de lo propio, que siendo propio es de todos. Y como todo inicio, va a costar, pues andamos cuesta arriba.
La inseguridad ensordecedora es algo que experimento por primera vez; es tan ruidosa que hace que me olvide que tengo herramientas en la maleta, que por taparme los oídos con ambas manos no puedo lograr alcanzarlas.
Escribiendo esto, la permito entrar: sí, he estado habitando días de duda: duda sobre mis decisiones, si han sido las correctas, si realmente soy creativa, si realmente tengo ideas, si quizás un trabajo corporativo no sería más sencillo.
Y al permitirla entrar, logro agarrar mis herramientas, y escribo.
Escribiendo me doy cuenta que es la primera vez que la duda me ha abordado en esta magnitud, después de haber decidido con seguridad la dirección a la que quiero dirigir mi bote.
Pero noto algo: es la primera vez.
Y al menos eso, es un buen indicio: ando por senderos desconocidos, nuevos; ando explorando territorios no transitados, antes inhabitados: estamos avanzando.
Destapamos el bosque y he descubierto muchas serpientes: sigilosas susurran que nada tiene sentido, que no lo lograré y cuestionan las decisiones que he tomado.
Quizás estos días, las he estado escuchando demasiado, pues entre el follaje y los nuevos terrenos, no las he visto serpenteando a mi lado, y he creído que eran la voz de mi corazón. Tendría que haberme dado cuenta que eran ajenas, pues con solo pensar en tomar un camino distinto al de la escritura, una tristeza profunda me ahogaba: sé que una existencia sin sentido es lo que hay al otro lado de esa puerta.
¿Es posible que esté ante lo que llamamos “crecimiento”? Nunca antes había sentido este miedo, incluso ayer me asaltó un fuerte dolor de cabeza, que solo llega cuando realmente estoy presionada.
No dejé de escribir pero no lograba descifrarlo: me siento tranquila con mi proyecto, pero por dentro no me sentía completamente yo.
Mientras más me adentro, más desconocido se vuelve el panorama, y más fuerte se vuelve la voz de la razón, que lo único que desea es la supervivencia, pues siente que estamos en peligro.
Como antídoto: seguir jugando, seguir creando, seguir andando. Aclimatarse al nuevo paisaje, desconocido, pero estaremos bien; incluso si caemos.
Bitácora de Viaje
Después de esta sesión de escritura, es evidente que crear algo con decisión y seguridad, tampoco es sencillo; incluso quizás se hace más complicado, pues el miedo a fallar con convicción es la nueva opción. Como antídoto: me desapego del resultado. Y es una frase que me ando repitiendo todos los días. Yo trabajo, y actúo desde lo que está en mis manos, el resto queda en manos del público y del universo.
Hoy es el lanzamiento de las tarjetas de regalo “En este lugar”, tarjetas que he sacado en esta fecha por motivo de San Valentín. Si eres de Perú, ya puedes adquirir la tuya desde la web 💌 Ha sido un proceso largo, donde he buscado crear una cápsula de tiempo donde las palabras y el sentir son las protagonistas. Una invitación, un espacio para descubrir qué es eso que el corazón quiere expresar.
Espero les haga tanta ilusión tenerla, como me ha hecho ilusión crearla.
Pero cuéntenme, ¿la duda suele abordarles? ¿cuál es su antídoto? ¿qué tal va su viaje? Los leo y agradezco que estén un lunes más por este rincón del internet. Gracias infinitas.
Gracias por abrirte Gaby. Estamos en un barco similar. Sigue a esas otras voces que te dicen que el que sea nuevo, es bueno porque significa que exploras territorios desconocidos. TUS TERRITORIOS. No vale rendirse. Vale cambiar y buscar otras formas de conseguir lo que quieres pero no rendirse. No nos queda de otras. Así que…sigamos pues💛
Te abrazo!
Hola, preciosa! Muy valiente lo que estás haciendo. Me encanta leer historias sobre personas que dejan las rutas convencionales y se embarcan en algo presuntamente arriesgado. Pero, si lo piensas, ¿no es más arriesgado entregar tu energía y tu creatividad a algo que no te llena solo para tener seguridad? ¿Cuántos años estamos dispuestos a entregar a cambio de la "seguridad"? ¿Cuánto dinero, estabilidad, rutina realmente necesitamos para vivir? Quizá elegir lo creativo frente a lo corporativo implica renunciar durante un tiempo a cierta seguridad o medidas de éxito según los estándares del mundo actual, pero seguramente sea lo que realmente te haga feliz, aunque tus expectativas y el resultado estén a mundos de distancia. A veces el resultado puede ser mucho mejor de lo que nuestra limitada mente nos hizo imaginar. Te deseo lo mejor. 💜 M.